El coworking esta en auge. Ya tenemos muchos centros de coworking en España (somos el 3er país del mundo en el ranking de centros de coworking). Y a primera vista, el coworking parece una solución perfecta para las famosas startups, los freelancers, empresas pequeñas y emprendedores. Pueden unirse a un espacio compartiendo los gastos del entorno de trabajo, renunciar a la soledad de trabajar de forma aislada y colaborar con otros coworkers.
Pero hay muchas formas de coworking. La que más “ruido” hace o la que más defensores tiene es aquella que proclama la innovación y colaboración, que hace del coworking algo muy atractivo para este colectivo. Se basan en estudios de comportamientos que muestran que compartir y colaborar pueden facilitar la creatividad y la innovación en el puesto de trabajo. Por ello, tiene sentido que este colectivo le pueda sacar partida a trabajar en centros de coworking. Además, el trabajo colaborativo no significa rendirse y entregar la independencia y que se pierda la individualidad, pero si significa compartir recursos y espacio.
Este “movimiento” define las nuevas formas de trabajar como un cambio de ruta hacia una economía compartida. Para concretar más el coworking esta basado exclusivamente en compartir y colaborar, sean estos bienes, tiempo, experiencia, conocimiento, trabajo y vida. Sigue leyendo